los ojos se enrojecen, y parpadean rápido para que los demás no vean la tristeza que ocultan.
las lagrimas, juegan una carrera, a ver cual cae primero.
y con el recorrido tan salado que estas dejan, las manos se inundan.
para secarlas, está el viento que sopla y sopla.
las manos se posan en la nada misma, y los brazos las soportan.
el aire rápidamente se lleva consigo, toda gota que haya.
al terminar, las ráfagas no cesan, y parecen querer más.
más ojos lloran, más lágrimas caen.
más tristezas, lentamente nacen, para volverse una amarga sustancia salada.
¿el viento tendrá buenas intenciones?
quizás, solo quiere despojar a todos de los males que los aquejan
pero existe la posibilidad, que solo quiera ver a la gente sufriendo.
y recolecta las lágrimas como premio a su malintencionada labor.
es una pena, que no se pueda saber.
y se que si le pregunto, voy a obtener la misma respuesta.
una ráfaga va a volar hacia mi cara, de lleno hacia mi iris, y me va a hacer llorar, por más de que no quiera hacerlo.
tal vez solo quiere que me calle.
tal vez vé más mal en mi.
soy condescendiente con el, y dejo mis ojos al descubierto.
ya que si los tapo, va a hacer llorar a las hojas de los árboles, y voy a cargar con la culpa.
no quiero ver lágrimas de savia recorriendo secos troncos.
prefiero llorar en contra de mi voluntad, solo hasta que se canse.
siento deshidratarme con cada gota que sale de mi.
mis labios se rompen al tratar de decir una palabra.
balbuceo.
trato de llorar por dentro.
por afuera ya estoy seco.
no puedo sentir nada.
el viento.
se apaga.
las ráfagas se vuelven brisas.
las brisas, aire que sopla dulcemente.
y este último, solo en aire.
ya estoy seco.
quiero llorar tanto, que ya no puedo.
quiero sentir algo.
una sola lágrima cayendo.
sería una utopía.
quiero sentir algo.
pero no.
ya no siento.
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