domingo, 21 de septiembre de 2014

Hundiéndome en la corriente

tímidamente acaricio el agua con mi pie.
rompiendo su calma.
dejándome caer.
para esfumarme con la corriente.
con mi espalda tiritando por el frío.
y mis ojos cegados por el sol.
como un ciego, siguiendo el sonido de una voz.
tu voz.
puedo escucharte aún con medio río en mis oídos.
pero no.
no llores junto a la orilla.
porque con una minúscula lágrima.
me podría inundar.
y la corriente te podría arrastrar.
a donde ella quiera llevarte.
a donde quiera llevarnos.
manteniendonos lejos.
solo para que no nos mantengamos a salvo.
y si nuestros pies tocan la arena.
que celosamente esconde el agua tras su caudal.
nuestras bocas se alejan de la superficie.
y no podemos respirar.
la estabilidad se vuelve pasajera.
pero la muerte pareciese ser por siempre eterna.
como la corriente que nos lleva.
pero que no sabemos a donde.
como tampoco sabemos ni donde termina, ni donde comienza.
simplemente apareció.
topamos con ella, y nos arrastró.
volviéndonos parte de ella.
tanto así, que ya no rompemos con su calma.
ni ella quiebra la nuestra.
o la que al menos aparentamos tener.
las corrientes mas tormentosas.
ocurren en nuestras cabezas.
y no se van a poder calmar.
aunque nos sumerjamos en ellas.
y nos dejemos llevar.
a donde ellas quieran ir.
siempre nos van a.
siempre nos van a querer hundir.

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